Las creencias limitantes como profecías autocumplidas

Escrito por Martin

29 octubre, 2021

Si hay un tema que siempre aparece en las sesiones de coaching es sin dudas el de las creencias. Y suena lógico, porque todas las personas tienen creencias de todo tipo. ¿Cómo afectan estas creencias en nuestra vida cotidiana? ¿Cómo impactan en nuestras relaciones y en los juicios que emitimos?

Las creencias son las reglas por las cuales nos regimos. Son presuposiciones y actuamos como si fueran ciertas. Es importante aclarar que las creencias no son hechos, sino que son construcciones subjetivas de la realidad, es decir, teorías que conforman nuestros modelos mentales, nuestras maneras de pensar.

¿Cuántas veces construimos opiniones con poca información y mucha suposición? ¿Cuántas veces emitimos juicios sobre nosotros mismos y los demás?

En ramas generales las creencias se generan en el pasado, se emiten en el presente y condicionan nuestro futuro.

Son parte de nuestra vida y pueden ser personales (o familiares incluso), sociales o culturales pero que una creencia sea aceptada por varias personas no la hace más verdadera.

Todo lo que nos decimos internamente, en base a nuestras creencias, influye directamente en los resultados que queremos conseguir y muchas veces afectan nuestras relaciones con los demás. Es por eso que decimos que las creencias funcionan como profecías autocumplidas, es decir, pensamientos predictivos que tenemos y que una vez emitidos hace que inevitablemente ocurran. Se genera una expectativa que finalmente se termina cumpliendo. Por ejemplo, si un profesor en el colegio ha expresado de manera reiterada sobre un alumno que éste no va a servir para estudiar, que no va a tener éxito académico, es probable que esto suceda.

Ahora mismo me faltan 5 materias para recibirme de Ingeniero Industrial. Estoy llegando al final de la carrera, luego de casi 20 años de estudio, con el caballo bastante cansado. Actualmente estoy cursando dos materias y en una de ellas me pasa que me cuesta mucho poder conectarme. Empiezo a creer que no voy a poder estudiar esta materia en estos momentos. Al pensar esto me estoy autolimitando sin intentarlo y la profecía autocumplida se está empezando a ejecutar a la perfección. Ya siento que mis esfuerzos están cambiando y con eso ya no estoy prestando la atención indicada en las clases y cada vez le estoy dedicando menos tiempo. De seguir con este pensamiento probablemente termine suspendiendo la cursada de esta materia, lo cual sería muy perjudicial para mi objetivo que es recibirme el año que viene.

Estoy en un límite donde cambio esa creencia o seguramente tendré que recursarla. De lograr cambiar esta creencia por una más positiva seguramente las expectativas serán mejores y por consiguiente los esfuerzos distintos. La posibilidad de éxito se incrementará notablemente en la medida que pueda auto desafiar esa creencia limitante y cambiarla por otra potenciadora. Todos tenemos creencias que nos limitan y creencias que nos potencian. 

Las creencias limitantes son aquellas que nos bloquean o limitan impidiéndonos ser realmente quienes somos o conseguir los resultados que queremos. Es por eso que este tipo de creencias son muy negativas y atentan contra la ecología de nuestra vida.

Para resumir, estas creencias limitantes, son opiniones o conclusiones de todo ese material mental que ocurre en el flujo permanente de nuestro pensamiento. 

Algunos ejemplos de creencias limitantes serían las siguientes:

  • Sin sufrimiento no hay beneficio.
  • No puedo vivir sin este trabajo.
  • En la vida hay que trabajar duro para ser alguien.
  • Los hombres son todos iguales.
  • Soy así y no puedo cambiar.

Por el contrario, las creencias potenciadoras son aquellas que nos impulsan a crecer, a potenciarnos y a conducirnos desde el lugar que estamos hasta el lugar que queremos llegar, es decir, a cumplir nuestras metas y objetivos.

Algunos ejemplos de creencias potenciadoras serían las siguientes:

  • En la vida siempre hay oportunidades.
  • Tener una opción es mejor que no tener ninguna.
  • Con voluntad y constancia puedo conseguir lo que me proponga.
  • Tengo derecho a equivocarme y a aprender de mis errores.
  • Soy más de lo que aparento.

A la hora de hablar de creencias es muy importante poder comprobar la veracidad de las mismas. Y para poder lograr eso es importante centrar la mirada en los hechos que marcan una determinada creencia.

Si todas las creencias se generan en el pasado y están relacionadas con la familia, la cultura y lo social, sumando a nuestras experiencias con todas ellas, entonces… ¿Cómo influyen las personas que nos rodean en nuestras creencias? Por ejemplo, si personas que son referentes para nosotros y que tienen mucha importancia desde lo emocional, son personas que tienen muchas creencias limitantes y todo el tiempo están viendo el vaso medio vacío de agua, ¿Cómo puede impactarnos eso a nosotros? Es por ese motivo que, a la hora de hablar de creencias, es importante diferenciar los hechos de los pensamientos y saber diferenciarlos casi a la perfección intentando dejar afuera los juicios.

En el coaching tenemos muy presente la escalera de inferencia de Chris Argyris que es un modelo explicativo de cómo las personas procesamos la información, interpretamos la realidad, sacamos conclusiones y emitimos juicios.

Frente a un mismo hecho las personas reaccionamos diferente. ¿Cómo podemos explicar esto? Voy a intentar explicarlo con la escalera de inferencia aplicando ejemplos.

Pero antes voy a explicar todas las partes por las cuales está conformada la escalera (de abajo hacia arriba):

Cuando estamos frente a un hecho o situación que observamos, empezamos a subir por la escalara de inferencia.

  1. En el primer escalón me encuentro con los hechos objetivos (datos observables). Observo la información y las experiencias.
  2. En el segundo escalón, selecciono los hechos que me interesan, es decir, selecciono la información a partir de lo que observo y voy descartando lo que creo que no me sirve.
  3. En el tercer escalón agrego significados. Según mis creencias le doy significado al dato que he seleccionado. Interpreto lo que creo que ha ocurrido.
  4. En el cuarto escalón hago suposiciones basándome en los significados que he agregado. Acá es donde emito juicios y opiniones. Comparo la interpretación con mis valores y parámetros.
  5. En el quinto escalón, saco conclusiones basándome en todo lo anterior.
  6. En el sexto escalón aparecen las creencias. Refuerzo creencias que ya tenia o adopto nuevas creencias para prepararme para la acción posterior.
  7. Finalmente, en el séptimo escalón aparece el comportamiento. Tomo acciones basadas en mis creencias.

En ramas generales estos son los pasos que se cumplen, aunque a veces pueden resumirse en 4 o 5 pasos. Datos observables – Interpretación – Juicios/Opiniones y Acción.

Veamos dos ejemplos concretos; supongamos la siguiente situación:

  1. Ana llega media hora tarde a la reunión de trabajo, despeinada, con la camisa arrugada y los ojos rojos.
  2. Hago una selección de hechos parciales y selecciono lo que me interesa. Ana se fue de fiesta.
  3. Ana se ha dormido y ha salido corriendo de casa.
  4. No le interesa ser puntual, es desordenada y esto es una falta de respeto hacia el equipo, no está comprometida.
  5. Como Ana se fue de parranda y no le interesa ser puntual no está comprometida con el equipo y eso a mí no me sirve.
  6. Estoy convencido que muchos piensan como yo y esta actitud de Ana no la podemos permitir en este trabajo. De hecho, la puntualidad y la responsabilidad para mí son fundamentales.
  7. Vamos a sacar a Ana del equipo.

Lo que realmente ocurrió es lo siguiente:

Ana ha volado toda la noche desde EEUU, donde ha estado por un viaje de negocios de la empresa. Su vuelo se ha retrasado y ha ido a la oficina sin dormir ni pasar por casa.

Veamos la siguiente situación:

  1. Mi hijo desaprobó un examen.
  2. Descarto otros datos como la nota, la materia, circunstancias, etc.
  3. Mi hijo no dedicó tiempo suficiente para estudiar.
  4. No dedicar tiempo suficiente para estudiar (para mí), es un acto de irresponsabilidad y desobediencia.
  5. Mi hijo no cumplió con sus responsabilidades y me desobedeció, por lo cual me enojo y lo castigo.

Lo que realmente ocurrió es lo siguiente:

El hijo estudió perfectamente para el examen, pero antes de llegar al colegio fue testigo de un accidente importante que lo dejó en estado de shock y no puso en conocimiento a las autoridades del colegio de la situación por la cual estaba pasando. Su sentido de responsabilidad no le permitió darse cuenta que no estaba en condiciones de rendir el examen.

Antes de hacernos cualquier película con todo lo que pasa a nuestro alrededor, es muy importante tomar conciencia para seleccionar los hechos objetivos (que podemos comprobar y que estamos seguros de su veracidad).

Y siempre frente a la duda, es mejor preguntar antes de emitir juicios y sacar conclusiones. A veces es mejor parar la pelota, preguntar y recién ahí actuar en función de la información objetiva que tengamos. Y acá es muy importante elegir bien a quién le vamos a preguntar. Siempre es importante hablar con los protagonistas del hecho y no con personas que solo les gusta murmurar y repetir aquello que escuchan.

Las creencias que tenemos cada uno de nosotros son muy importantes porque están directamente relacionadas con nuestra actitud, con la interpretación que hacemos de la vida y lo que esperamos de ella. Influyen directamente en nuestras acciones y evidentemente en sus consecuencias.

Nos limitan o nos potencian. 

¿Cuántas creencias reconocés en vos mismo/a y que te limitan a diario? ¿Cuáles son las creencias que tenés y que te potencian diariamente? ¿Cuántas veces sacás conclusiones y emitís juicios sin tener toda la información? ¿Cuántos problemas te trae actuar de esta manera con personas que querés mucho?

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